REVISTA NDIGITAL

viernes, 5 de diciembre de 2014

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NOTICIA Finlandia decidió acabar con la escritura a mano Autor: Editor DJ el Jue, 04/12/2014 - 19:02. Actualidad Escritura a mano Finlandia Share on email5 El sistema educativo finlandés ha decidido sustituir el aprendizaje de la escritura a mano caligráfica –no así la de imprenta– por clases de mecanografía en el teclado QWERTY a partir del curso 2016/2017. No es la única medida que atenta con poner fin a los cuadernos Rubio. En Estados Unidos, los estándares de Núcleo Común (o Common Core standards), que han sido adaptados en gran parte del país, sólo exigen a los alumnos la legibilidad de sus textos hasta el Primer Grado, a los siete años. Desde ese curso, los esfuerzos docentes se centran en que los estudiantes tecleen lo más rápido posible, como ocurrirá en Finlandia. “Las habilidades de escritura rápida son una importante competencia nacional”, ha manifestado Minna Harmanen, del Consejo Nacional de Educación, que desarrolla el plan de estudios. Aunque reconoce que se trata de una importante transformación social, esto facilitará la adquisición del lenguaje, puesto que el ordenador se encuentra más ligado a la vida cotidiana de los niños que un folio. ¿Quién escribe a mano hoy en día? Efectivamente, cada vez menos personas, y por eso ya hay muchos jóvenes que no son capaces ni siquiera de enviar una carta. Desde un punto de vista estrictamente utilitario, la lógica es aplastante: en el futuro cercano, ya sólo utilizaremos los dispositivos tecnológicos para comunicarnos, por lo que parece normal que la escritura a mano corra la misma suerte que otros conocimientos que últimamente se han considerado desfasados, sólo defendidos por nostálgicos, como la enseñanza del latín o el griego. ¿O no? Integrados tecnológicos y apocalípticos de la vieja escuela Como suele ocurrir cada vez que un adelanto tecnológico propicia un cambio en los programas educativos, las reacciones suelen dividirse entre apocalípticos e integrados, entre aquellos que lamentan que los tiempos cambien y los que celebran el “adaptarse o morir”. Entre estos últimos se encuentra, por ejemplo, el experto en nuevas tecnologías Enrique Dans, que en una entrada en su blog explicaba que escribir a mano es muy poco práctico y la firma, un método de autentificación poco seguro. Desde su punto de vista, la preservación de la escritura manual es poco más que una reivindicación romántica. Hay buenas razones para defender el aprendizaje de la tipografía. De igual manera que tener una caligrafía adecuada y una mano rápida eran vitales para tomar notas en la universidad y hacernos entender, teclear rápido y sin errores será una cualidad igual de imprescindible. Además, las formas de gestionar la información han cambiado: la escritura ya no es tan lineal como en el pasado, y los jóvenes ya están acostumbrados a editar la información cambiando párrafos de orden o revisando varias veces lo escrito, cosas que no se podrían hacer en un texto no digital. Las notas se toman de forma más rápida en un teclado que con un bolígrafo y un folio. Con lo que no cuentan los integrados defensores de la tipografía es que las cartillas cumplen otras funciones más allá de enseñar a escribir a mano correctamente. Por ejemplo, el aprendizaje caligráfico implica que el niño ponga en marcha mentalmente la producción de los trazos a través de la direccionalidad –qué camino sigue el bolígrafo para trazar la letra– y la fragmentación –la separación de palabras en una oración escrita–, que favorecen la adquisición mental del lenguaje, así como el reconocimiento de los diversos monemas incluso en caso de que, a diferencia de lo que ocurre con la tipografía, estos no mantengan una forma constante.
Paso 1. Definir el problema, objetivo o situación de decisión. Cada paso brinda racionalidad y seguridad al proceso de tomar decisiones.¿Quién y por qué debe tomar una decisión? ¿Qué se quiere lograr? ¿Cómo se explica la situación? En el mismo proceso de definición del problema suelen aclararse y organizarse las ideas, y pueden surgir distintas visiones si hay varias personas involucradas. Paso 2. Buscar la información relevante. Una buena decisión se basa siempre en información: datos del mercado, indicadores internos, análisis del contexto, reportes de empleados, consejos de expertos, buenas prácticas, entre otras fuentes. La clave en este paso es buscar la información mínima necesaria para un buen análisis. Paso 3. Definir criterios de decisión. Aun ante el mismo problema, la forma de evaluar las alternativas suele variar, ya que distintas personas pueden dar prioridad a criterios diferentes. Por ejemplo, para poner en marcha un negocio, ¿es más importante la rentabilidad o el atractivo para el emprendedor? Listar los criterios que se utilizarán para sopesar las opciones simplifica los pasos que siguen. Paso 4. Identificar alternativas. ¿Cuáles son los cursos de acción posibles? Evaluá la situación desde distintos ángulos y analizá si no existen soluciones ya desarrolladas para el problema. Es el momento de usar la creatividad para encontrar caminos alternativos. Paso 5. Analizar resultados posibles para cada alternativa. ¿Qué ocurre si me decido por A? ¿A dónde conduce la alternativa B? Con los caminos bien identificados es posible imaginar los resultados, no sólo en términos de números (costos, ganancias), sino de aspectos cualitativos como imagen, esfuerzo o satisfacción. Paso 6. Seleccionar la alternativa ganadora. Es el momento de poner en la balanza todo lo analizado, y usar los criterios como unidad de medida. Si abro una sucursal, ¿cuánto dinero ganaré?, ¿cómo impacta en mi trabajo diario?, ¿de qué forma me garantizo que funcione bien?. La comparación entre las distintas alternativas suele mostrar que una resuelve mejor la exigencia de los criterios elegidos. ¡Tenemos una decisión! Paso 7. ¡Implementar! Ninguna decisión está tomada realmente hasta que se pone en marcha. Son muchos los procesos de decisión que fallan en la etapa de ejecución. Paso 8. Revisar los resultados. Cada decisión implica un aprendizaje. Aun si los resultados no fueron los esperados es posible aprender de los errores para no repetirlos. Así, esta etapa final de revisión de las decisiones tomadas es clave para mejorar.

jueves, 30 de octubre de 2014